Durante el proceso de nuestras vidas proclamamos un deseo de vivirla al máximo, sin temer al mal que nos causaremos, no podemos ver un camino y mucho menos sabemos tomar una buena decisión. Existe un momento donde todo lo anterior es cambiado, nuestra visión al mundo es totalmente diferente y nuestro proyecto de vida es modificado, esto es sucedido cuando conocemos a Nuestro Padre Amado, lo reconocemos como nuestra Guía, nuestra luz, nuestra Paz, nuestro camino, justicia y nuestro Amor. Realmente, lo colocamos en nuestra vida como el punto central de nuestras vidas que jamás es modificado, Nuestras situaciones cambian, nuestras circunstancias cambian pero nuestro Dios y el propósito que Él tiene en nuestras vidas jamás serán rediseñadas. Conocemos la sabiduría por medio de nuestro temor hacia Él (Proverbios 1:7) y vivimos según su voluntad, su amistad y su Amor.
Nuestro Camino es Jesús, su misericordia, gracia y su amor nos permite acercarnos cada vez más a Él y alejarnos a un más del pecado.